A Katharina Miklauz le encantan los animales. Lo demuestra su currículum y la pasión con la que trabaja cada día.
Ya de niña, Katharina estaba constantemente rodeada de animales. El gato de la familia, una perra Münsterländer, hámsters enanos y conejos fueron sus fieles compañeros desde la infancia hasta sus años universitarios.
En cuanto a sus estudios, la vienesa los completó en Salzburgo. Al principio, nada hacía pensar que algún día utilizaría la ciencia de la comunicación para ser pionera en agitar el mercado de los alimentos para animales de compañía en Austria.
La primera perra de Katharina, Nala, sentó las bases para ello. Por supuesto, Katharina sólo quería lo mejor para ella. Consciente de su responsabilidad para con su perra Golden Retriever, Katharina empezó a preguntarse concienzudamente qué nutrientes eran beneficiosos para su mascota y cuáles no. Sin embargo, Katharina no encontró por aquel entonces ningún alimento ecológico de producción regional procedente de Austria.
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